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CRISTO Y LA CULTURA POP: una reflexión breve sobre el llamado de Dios.

Jesús nos habla constantemente, aún en los lugares menos esperados.
CRISTO Y LA CULTURA POP: una reflexión breve sobre el llamado de Dios.

Mi primer acercamiento a una reflexión proto-filosófica y proto-teológica, fue a través de “mitologías” de la cultura pop. Que puedo decir, nací en los noventa , soy hijo de mi tiempo.

Cuando tenia ocho años recibí como regalo mi primer “The Legend of Zelda.” Su historia  me apasionó, originó en mi un llamado irresistible por profundizar en los mitos que dicha “cultura” de videojuegos (cómics, películas etc.) me ofrecía. Elementos como el heroísmo, la valentía y el amor me parecían incomprensiblemente atrayentes.

Luego conocí a #Jesús de Nazaret, encuentro que cambió mi vida para siempre. A través de mi acercamiento a Jesús, y del crecimiento en el conocimiento de la razón y la fe, comprendí que todo lo que me atraía de aquellos “mitos pop,” eran en realidad elementos que siempre le pertenecieron a Él. Pronto supe que todas estas historias participaban de Cristo teniéndolo a este como su fuente arquetípica. Entendí que ese llamado de mi niñez era la voz de Dios atrayéndome peculiar y perfectamente a su manera.

El heroísmo de abandonar  la  propia vida para lanzarse a la aventura por el amor, es uno de los símbolos contenidos en los “mitos pop,” que al final no son otra cosa que la materialización cultural de características que son propios del corazón de Cristo en nuestra Historia de Salvación

“El Padre me ama porque yo doy mi vida para retomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo mismo la entrego. En mis manos está el entregarla y el recobrarla: este es el mandato que recibí de mi Padre.” (Jn.10,17-18)

En algo tan infantil como un “The Legend of Zelda” se me presentaba, a mis apenas ocho años, Jesús de Nazaret, el Salvador del mundo.

“Sigan el camino del amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como esas ofrendas y víctimas cuyo olor agradable subía a Dios.” (Ed. 5,2)

Desde el comienzo, hasta el final de nuestras vidas , Jesús nos habla constantemente, aún en los lugares menos esperados.

Esto lo escirbí hace ya un tiempo en mi cuenta de Twitter: @JuanLCabrera